Es posible que hayas escuchado el término resiliencia en varias ocasiones y no sepas cómo o dónde encajarlo. Para que no te vuelva a ocurrir, te contamos cuál es el Significado de Resiliencia: Concepto y Definición con ejemplos
¿Cuál es el Significado de Resiliencia? Concepto y Definición con ejemplos
Es uno de los términos más utilizados en el ámbito de la Psicología pero que no todo el mundo conoce. Y es que, a pesar de que el cuidado de la salud mental es ahora tendencia, no todo el mundo se puede permitir la visita a un especialista. Conocer cuál es el Significado de Resiliencia: Concepto y Definición con ejemplos puede ayudar a salvar determinadas situaciones personales complicadas.
Te contamos todo sobre un término que, en los próximos años, se va a convertir en algo habitual en las conversaciones del día a día.
Significado de Resiliencia
El significado de resiliencia hace referencia a la capacidad que tiene el ser humano se superar momentos duros, incluso críticos, y adaptarse a ellos en el día a día. Básicamente, se trata de superar una situación complicada y sorpresiva, haciendo el esfuerzo de volver a una normalidad que ya no es la misma que era previamente.
La base de la resiliencia implica que una persona asuma una actitud de superación de una adversidad, contemplando una mejoría a corto o medio plazo tras una situación inesperada, incluso traumática.
Obviamente, la resiliencia no es algo inherente a todo el mundo, pues hay quien es incapaz de superar determinadas situaciones que debe afrontar a lo largo de su vida. Por otro lado, hay quienes consideran que son incapaces de tener resiliencia, hasta que se ven en una tesitura complicada y se dan cuenta que sí la tienen y son capaces de superar una situación extrema.
Por lo general, la resiliencia tiene que ver con una situación de lucha personal y de capacidad de salir adelante y seguir con una vida que es finita. De hecho, resiliencia proviene del latín ‘resilio, resilire’, un verbo que significa rebotar. Es decir, podemos caer bajo en un momento determinado pero tenemos la capacidad de llegar a lo más profundo y rebotar para emerger con más fuerza. O no. Depende de la persona.
Así, alguien resiliente es capaz de hacer del dolor una virtud y mostrar su resistencia y fortaleza ante una adversidad grave. ¿De qué adversidades graves hablamos? Obviamente, los ejemplos de resiliencia que nos vienen a la cabeza son los mismos a todos.
En el campo de la Psicología, la resiliencia se presenta como una victoria del individuo ante las circunstancias por las que está pasando. Una meta y un objetivo a alcanzar para poder volver a ser una persona funcional, incluso feliz. Básicamente, es superar un hecho traumático y salir fortalecido tras el mismo. De hecho, las personas con resiliencia, según confirma la Neurociencia, tienen un equilibrio emocional por encima de la media.
Ejemplos de Resiliencia
Como hemos comentado, los ejemplos de resiliencia que te vienen a la cabeza, son los mismos para todo el mundo. No obstante, conviene verbalizarlos y listarlos para tener claras las situaciones a las que cualquier persona se puede enfrentar. Conocerlas implica una forma más sencilla de superarlas si se da el caso y pensar en cómo afrontaríamos cada uno, caso de que nos ocurriera. Estos son algunos ejemplos de resiliencia habituales:
- Pérdida de un ser querido (familiar, amigo, compañero de trabajo…)
- Enfermedades (cáncer, aneurisma, derrame, infarto…)
- Amputación de alguna parte del cuerpo (mano, brazo, pierna…)
- Ruptura sentimental (divorcio, ruptura…)
- Infidelidades
- Rechazo (familiar, laboral…)
- Problemas familiares (herencias, predilecciones, competencia…)
- Desempleo prolongado
- Pobreza
- Depresión
- Catástrofes naturales (inundación, incendio, terremoto…)
Proceso de Resiliencia
Si algo debemos tener claro es que la resiliencia no implica tener una reacción positiva ante cualquiera de estas situaciones. Ni mucho menos. Cualquiera de estos ejemplos de resiliencia pondrá triste a la mayoría de personas que tendrá que pasar un periodo de dolor y llanto. El proceso de la resiliencia consta de tres fases que todo el mundo debe pasar de forma ineludible.
- Aceptación – El primer impacto ante una situación traumática implica aceptar la nueva realidad y afrontar la vida tal y como se presenta desde ese momento. Lamentarse y añorar tiempos mejores es absurdo. La realidad es la que es y toca aceptarla.
- Adaptación – Una vez se ha asumido la nueva situación, toca adaptarse a ella. Comenzar una nueva vida, completamente distinta a la anterior, pero que es la vida que te ha tocado vivir.
- Aprendizaje – Con el paso del tiempo, aprenderás a vivir tu nueva realidad y a sobrellevarla de la mejor manera posible. Dependerá de cada persona el nivel de aprendizaje y de las ganas que tenga de hacerlo.
Obviamente, hay quienes no son capaces de tener resiliencia y optan por todo lo contrario: victimizarse y afrontar situaciones traumática de forma lastimosa. No todo el mundo puede reaccionar igual ante una adversidad.
Tipos de Resiliencia
Para terminar, conviene conocer los tipos de resiliencia a los que puedes enfrentarte. En este caso, desde el punto de vista del entorno en el que tengas que afrontarla. Y es que, según tus circunstancias, la forma de afrontar un problema cambia muchísimo. Estos son los tipos de resiliencia que vas a encontrar.
- Individual – Es la resiliencia que te afecta a ti como persona y como individuo. Por ejemplo, una depresión, una ruptura sentimental o la amputación de un miembro de tu cuerpo. En este caso, eres tú quien tendrá que hacer la mayor parte del esfuerzo por recomponerte.
- Familiar – Hay muchos hechos traumáticos que afectan a toda una familia. Por lo general, la pérdida de un pariente es el más habitual. Por ejemplo, un progenitor con varios hijos e hijas. En la reacción de cada uno de ellos, se puede ver cómo la resiliencia es distinta en cada persona.
- Comunitaria – Hablamos de relaciones del día a día que implican a un grupo de personas con un vínculo común. Por ejemplo, el fallecimiento de un compañero de clase o de trabajo y cómo afrontarlo, no sólo a nivel personal, sino a nivel colectivo.
- Organizacional – Las organizaciones también deben tener resiliencia en momentos críticos. Por ejemplo, sin una empresa entra en bancarrota, hay varias formas de afrontar la misma. Desde la liquidación de activos y cierre definitivo, hasta la búsqueda de soluciones para salir de una situación que a peor no puede ir.