











El aguamarina es una de las piedras más bellas y puedes encontrarla en diversos colores, (azul, verde, rosa entre otros) aunque lo más habitual es que sea azul celeste. A menudo dotada de una enigmática transparencia, su coloración se debe a su contenido en hierro y pertenece al grupo de los berilos, mineral usado por los antiguos druidas para predecir el futuro.
Pero sea como sea, lo cierto es que la tradición esotérica antigua nos habla de que el aguamarina es un poderoso talismán cuando partimos de viajes, y no sólo porque atrae la buena suerte, sino también porque vigoriza nuestro campo magnético, abre nuestra mente a energías superiores (las primeras bolas de cristal de la historia se fabricaron en aguamarina), nos aporta paz de espíritu y fortalece nuestro sistema nervioso. Incluso durante la Edad Media se creía firmemente que era capaz de parar la acción de cualquier veneno.
Debes llevar contigo una pieza de esta preciosa piedra si sufres de estrés, si te notas bajo de ánimos o si has caído ya en una depresión, o si te sientes confuso pues ayuda a aclarar las ideas. Déjate guiar por ella y siente su fuerza, sentirás que tu mente se libera y podrás acceder a un nivel superior; allí podrás enfocar tu situación de una manera más positiva.
El aguamarina está asociada a los chakras del entrecejo, al del plexo solar y al esplénico, que se encuentra en el bazo. Colocándola sobre ellos ayudarás a su apertura y correcta canalización.