Hoy en Esoterismos os hablamos de Géminis, el signo regido por Merurio, detallándoos todas sus características y peculiaridades. ¿Eres Géminis o conoces a alguno? Hoy aprenderás más cosas de él.
Géminis, signo de aire regido por Mercurio, da lugar a nativos que llaman la atención por su doble personalidad y por su rapidez de pensamiento y de acción, y a los que les cuesta mantener la concentración por falta de suficientes estímulos. Y es que mantener la curiosidad de un Géminis es muy difícil, hay que cambiar continuamente de objetivo para evitar que la monotonía anide en ellos y deseen salir corriendo.
Inquietos y versátiles, les apasiona comenzar, pero continuar hasta finalizar se les puede hacer interminable si se producen demoras por muy pequeñas que sean. Son tantas las cosas que los nacidos bajo este signo del zodiaco quieren hacer y descubrir que siempre sienten que les falta tiempo, que ya llegan tarde a su próximo sueño, que aún les queda mucho por hacer. Por ello no intentes limitarlos o agobiarlos o simplemente desaparecerán sin dejar rastro.
Con su cabeza siempre en plena ebullición, los Géminis saben encontrar enseguida respuestas a lo que se les plantea y soluciones a los problemas que puedan surgir, (otra cosa es que se queden a solucionarlo). Hablan rápido y captan enseguida lo que se les quiere decir, ( en vez de leer, suelen tomar la idea general y pasar a la siguiente página), son grandes conversadores y poseen el don de saber expresarse escribiendo. Además son simpáticos y diplomáticos en el trato con los demás, aunque no suele profundizar en las relaciones, y no les asusta darle vueltas a la cabeza examinando todas las posibilidades posibles que se puedan dar.
Otra característica propia de los géminis es que suelen parecer mucho más jóvenes de lo que son en realidad, y en esto tiene mucho que ver su personalidad curiosa y chispeante, la cual influye dotándolo de una apariencia juvenil. Y es que los Géminis son inteligentes, dinámicos, comunicativos y les encanta el movimiento y las novedades. Quizás por eso les cueste comprometerse «por siempre jamás»…