Al descubrimiento del fuego se le debe lo que es la civilización hoy, el fuego representaba en el comienzo de los tiempos, poder, luz, abrigo, sanación, protección y a su vez destrucción.
Es un elemento volátil que tiende a ascender, por ello se lo relaciona con el mundo espiritual a modo de vehiculo de conexión, a través del cual los deseos y los pensamientos, pueden llegar a los niveles más altos del mundo eterico, mundo donde habitan las Hadas de Fuego.
El poder destructivo del fuego trae implícito en la naturaleza el renacimiento, la fecundidad, la vida en sí, por ello los seres de fuego, tienen sus poderes y la naturaleza los respeta brindándoles su energía, la cual utilizan para buscar la armonía o el equilibrio natural.
El reino del fuego también es conocido como el reino de la Salamandra, un animal que tiene virtudes místicas y legendarias, por tener la capacidad de dominar el fuego, en este reino conocido por las Hadas, solo se habla de virtudes, como el coraje y donde todo es posible ya que la imaginación forma la esencia sobre la que se sustenta este reino.
Los espíritus que lo habitan se identifican con el color Rojo, con el oro, con el verano, el sur y el mediodía, conformando las pistas a través de las cuales, se puede llegar hasta las Hadas de Fuego, entre las cuales encontramos:
Las Salamandras:
Las Hadas de fuego son las más populares o conocidas, por los que practican la magia, se habla de ellas en las culturas Ibérica, Asiáticas y del Medio Oriente, donde sus leyendas enriquecen estas culturas, que las ponderan como seres mágicos, asociándolas con el elemento fuego, como es el caso de la cultura judía.
Su importancia para estas culturas tiene origen en la habilidad de la salamandra para la supervivencia, ya que habita en los desiertos más inhóspitos y su imagen se asemeja a una flama. Continuará.
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