Para muchos el nombre de Diagnóstico Genético Preimplantacional o DGP, puede resultar totalmente desconocido.
Pero en realidad es una técnica de reproducción asistida que conocen muchas parejas que se han beneficiado de la misma, y que todos debemos conocer para tener presente si nos decidimos a ser padres. Porque la misma es una forma de diagnosticar si los embriones se encuentran libres de enfermedades hereditarias y otras.
Todos cuando esperamos un hijo, nos vemos torturados por la idea de pensar que pueda sufrir de alguna dolencia. Además, en mucha ocasiones la pareja debe enfrentar problemas para concebir, que le hagan pensar en la salud del futuro bebé y es cuando el DGP resulta más útil que nunca. Algunas situaciones que pueden hacer pensar en la salud del futuro bebé, son los abortos recurrentes, el fallo de la implantación de Fecundación in Vitro o la alteración de la meiosis de los espermatozoides. Con este diagnóstico, la pareja puede disponer de embriones en el laboratorio para poder aprovechar la técnica de Fecundación in Vitro (FIV) con Microinyección espermática y que el procedimiento tenga éxito.
Cómo se realiza el DGP, es algo que debes saber. El mismo consiste en el análisis de los preembriones en el momento en que estos son fecundados en vitro previo a colocarlos en el útero materno. Se realiza una biopsia para distinguir entre los que están sanos y los que no, de esta manera se transfieren al útero, únicamente los embriones saludables. De esta manera, utilizando la biopsia de las células de preembriones, la micromanipulación, el diagnostico citogenético y molecular así como la Fecundación in Vitro, los futuros padres pueden obtener un diagnóstico sobre determinadas enfermedades genéticas que pudieran presentarse en el embrión.
Los laboratorios pueden realizar pruebas de los preembriones, por deseo de los padres y aunque los mismos no tengan condiciones de salud o anomalías reproductivas que impidan la procreación natural, esto debido a que no está permitida la obtención de preembriones por lavado uterino. Cuando se hace la fecundación se procede a hacer también una biopsia preembrionaria en el tercer día después de dicha fecundación, aprovechando que el preembrión tiene de 6 a 8 células y que se pueden tomar una o dos de las mismas, sin que ello comprometa su normal desarrollo.
Luego de la anterior fase del procedimiento, los preembriones se colocarán en el incubador luego de hacerse la biopsia, y hasta tener un diagnóstico sobre la detección de enfermedades. El resultado de la biopsia permitirá a la pareja conocer de los embriones saludables y decidirse por colocarlos en el útero. Esta técnica como hemos dicho, está lejos de ser solo para quienes sospechan o padecen de alguna condición de salud que no quieran heredar a sus descendientes, porque también pueden aprovecharla quienes están totalmente saludables.
Una opción con la que pueden contar los padres, para asegurarse la salud del feto que será trasladado al útero y que se convertirá en algún momento, en el bebé que tanto han esperado y tan saludable como esperan.